¡Al parecer la Argentina está en el horno! La ex-presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha sido procesada por asociación ilícita y malversación de fondos por millones de pesos. Pero, ¿es realmente culpable o todo es parte del “lawfare”? Según su defensa, la causa es armada y no hay pruebas contundentes en su contra.

Si lo que dice Cristina es cierto, entonces nuestras instituciones están corruptas y eso es un problema serio. Pero, si lo que dice el fiscal Luciani es verdad, entonces nuestras instituciones también están corruptas y también es un problema serio.

La verdad es que estamos en un aprieto, ojalá lo que dice CFK sea cierto y sea mentira, pero ojalá no sea mentira lo que dice Luciani. ¿Qué hacemos?

Según analistas internacionales, no tiene solución y por ende ambos son inocentes, pero como la sociedad es complicada, también son culpables al mismo tiempo.

Tal vez podamos buscar el lado humorístico de todo esto. Al fin y al cabo, el humor es la mejor forma de lidiar con la situación.

Quizás la solución es hacer una auditoría en todas las instituciones del país y buscar al culpable… o a los culpables. Pero, ¿quién va a hacer esa auditoría? ¿Cómo podemos estar seguros de que las personas encargadas de hacerla no son parte del problema?.

En resumen, la situación es grave, pero no nos queda otra que reír para no llorar.

Algunas fuentes anónimas dicen que líderes de todo el arco político, incluyendo a Juntos por el Cambio, radicales, peronistas, kirchneristas, liberales y de izquierda, propusieron organizar una fiesta de disfraces para celebrar el caos y olvidarnos del tema.

Sin embargo, algunas encuestas indican que la sociedad no lo tomaría con tanto humor, ya que después de todo, estamos en el horno.